Celebramos hoy la Solemnidad
de la Natividad de san Juan Bautista, Venerado Titular de nuestra Hermandad y
único santo del que conmemoramos su nacimiento y su muerte, esta recordada el
29 de agosto.
"En verdad os digo
que entre los nacidos de mujer no hay otro mayor que Juan el Bautista" (Mateo
11, 11). Con estas palabras Jesús se refería al último de los grandes profetas
de Israel, su primer testigo, al que fue iniciador del bautismo para el perdón
de los pecados, lo bautizó a Él mismo y que moriría martirizado por defender la
ley judía.
En el Evangelio de san Lucas se nos narra
cómo su padre, el piadoso sacerdote Zacarías, había perdido el habla tras poner
en duda que su mujer, Isabel, estéril y de edad avanzada, fuera a quedar
embarazada de un niño al que llamarían “Juan”. Después, tras la anunciación,
María, la "llena de gracia", partió a ver a su prima Isabel, que
estaba encinta, y se quedó para ayudarla hasta que su niño nació, seis meses
antes que Jesucristo.
Así como el nacimiento del Señor se
celebra cada 25 de diciembre durante el solsticio de invierno (día más corto
del año), el de San Juan se celebra cada 24 de junio, solsticio de verano (el
más largo). De esta manera podemos decir que después de Jesús los "días
van a más" y después de Juan, "van a menos", hasta que "el
sol de Justicia", el Señor, "vuelva a nacer".
Ambas fechas quedaron así establecidas
por la Iglesia desde el siglo IV, con la finalidad de que dos fiestas del
calendario greco-romano vinculadas al sol y la fertilidad pasaran a ser celebraciones
cristianas relacionadas con la salvación y con el ciclo de la vida natural,
obra de Dios Creador.
Dios todopoderoso, que suscitaste a san Juan Bautista, para que le preparara a Cristo un pueblo bien dispuesto, concede a tu pueblo el don de la alegría espiritual y guíanos por el camino de la salvación y de la paz.
El anuncio del ángel a
Zacarías, LUIS PARET Y ALCÁZAR, 1786.