La sede canónica de la Hermandad se ubica en la Iglesia Parroquial de San Pedro, situada en la Plaza del Trabuco y refugio de la noble...

Sede


La sede canónica de la Hermandad se ubica en la Iglesia Parroquial de San Pedro, situada en la Plaza del Trabuco y refugio de la nobleza durante la Edad Media, es una de las más antiguas de la ciudad de Cuenca, si bien el templo actual no es el originario. La iglesia primitiva, de origen gótico, fue mandada construir por el rey de Castilla Alfonso VIII tras la reconquista de Cuenca en el año 1177, ocupando probablemente el emplazamiento de una antigua mezquita. Constaba de tres naves y una torre a los pies. Fue destruida en el año 1499 y vuelta a construir en 1604, cuando se le adosa la capilla de San Marcos, fundada por Miguel Enríquez, capellán de la Catedral de Cuenca, y que se cubrió con un rico artesonado mudéjar.
 
En el XVII, la torre de la iglesia se encontraba en un estado ruinoso, por lo que a finales de siglo se proyectó su reedificación para impedir su hundimiento y detener el deterioro. Se encargó a tres maestros canteros la elaboración de unas trazas de la torre y don Juan de Pontón, arquitecto y maestro mayor de las obras de la Catedral, sería en encargado de revisar los proyectos. La obra finalmente fue concedida a Pedro Salinas.
 
No obstante, en la Guerra de Sucesión (1700), la iglesia fue destruida de nuevo, encargándole la renovación del templo a José Martín de Aldehuela, consistiendo su proyecto en conservar la capilla mudéjar y rehacer el resto del edificio totalmente.
 
La planta, centralizada, es un octógono en el que se inscribe una circunferencia, a cuyo perímetro se adosan ocho pilastras con capiteles corintios y volutas, y entre ellas, arcos de medio punto que encuadran seis capillas, además del presbiterio y la entrada. Esta planta octogonal se traslada a la cubierta mediante una cúpula de 8 gajos.
 
En la capilla Bautismal, donde se encuentran nuestras Imágenes Titulares, se ubica una amplia pila bautismal del siglo XII que recuerda los bautizos por inmersión.
 
Al exterior la iglesia nos muestra una forma octogonal, con cubierta de tejas, lo que camufla la cúpula interior. La portada, de estilo barroco, presenta un original entablamento curvo, sobre un arco de medio punto; en el centro el escudo de Flórez Osorio y sobre él, una hornacina que contiene una talla en piedra de la Vírgen con el niño. Las jambas de las puertas son abocinadas y en el interior encontramos sendas hornacinas, en este caso vacías. Remata el conjunto a ambos lados, dos pilastras corintias. Las puertas son de chapa de hierro puntada, obra también de Martín de Aldehuela.

La torre, de planta cuadrada y formada por tres cuerpos decrecientes y una pequeña cúpula, es obra de Mateo López Baena.